Esta semana, he estado cubierta de trabajo –y a partir de ahora temo que esta sea mi situación permanente-, así que cuando llegó el viernes, tras planear el verano (para no pensar lo que se nos viene encima) fui al Escalier con unos amigos para desconectar.
El sábado empecé el día leyendo, y por la tarde, aprovechando lo bueno que está haciendo últimamente (hacía -7º y pleno sol, es decir, un lujazo) fuimos a Jean Drapeau, para celebrar la fête des neiges.
Empezamos la visita con una tire au sirop d’érable, un caramelo que se hace a partir de sirope de arce caliente extendido sobre la nieve. El problema es que lo dejé demasiado poco en la nieve, y, consecuentemente, no se solidificó bien, y me pringué entera. Pero estaba bueno.
Tras estos pequeños problemas logísticos, dimos una vuelta alrededor del parque, que tenía muchas actividades para niños (aunque nos apuntamos a alguna) y mucha, mucha gente. También vimos la ciudad desde el río semi-helado, una pista de hielo para patinar y una cuesta gigante de nieve.
La pena es que ya era tarde, así que en vez de tirarme cuesta abajo sin frenos, fui hasta la biblioteca, cual chica responsable, para coger 4 libros más que tengo que leer de aquí a un par de semanas. Pero me he prometido ir a patinar sobre hielo y a tirarme por la cuesta próximamente. Más, la semana que viene.
uoo!! yo quiero probar eso del sirope de arce!! q bien, de la neige!!! aquí hace un frío q pela pero ya no nieva….. 😦
disfruta en los ratos de descanso de los trabajos! 😉